Rosh Hashaná: Un nuevo comienzo marcado por elementos simbólicos.

14/Sep/2023

Por Rabino Max Godet, de Comunidad Israelita del Uruguay (Kehilá)

Por Rabino Max Godet, de Comunidad Israelita del Uruguay (Kehilá)

En el corazón de la tradición judía, Rosh Hashaná brilla como un faro de renovación, introspección y comunidad. Este momento sagrado marca el inicio de un nuevo año en el calendario hebreo, y su significado trasciende la mera celebración; es un llamado a la reflexión profunda y a la acción concreta.

En la mesa de Rosh Hashaná, se encuentran elementos simbólicos que tienen un poderoso significado en nuestra vida espiritual y cotidiana. El sonido del Shofar, un cuerno de carnero, nos despierta a la introspección y nos llama a un cambio profundo. Cada sonido del Shofar fortalece aspectos del alma, desde la fe hasta el deseo de mejorar y la voluntad de luchar por lo que es justo.

Los alimentos simbólicos, como la manzana con miel, nos recuerdan la dulzura de la vida y la importancia de saborear sus momentos más simples. La cabeza de pescado nos insta a liderar nuestras vidas y ser proactivos en la búsqueda de nuestros objetivos. La granada nos inspira a multiplicar nuestros méritos y buenas acciones, cultivando la generosidad y la bondad.

Los símbolos y el ritual desempeñan un papel fundamental en la vida humana. Son las piedras angulares de la cultura y la sociedad, conectando a las personas con su historia, sus creencias y sus aspiraciones. A través de los símbolos y de los rituales, las comunidades transmiten valores, normas y tradiciones de generación en generación. Rosh Hashaná, con sus elementos simbólicos como el Shofar y los alimentos, fortalece el sentido de pertenencia y comunidad entre los judíos. La observancia compartida de estos rituales crea una identidad colectiva y un lazo social que trasciende las diferencias individuales.

Estos elementos tienen un poderoso impacto en la mente humana. Representan un puente entre el mundo consciente e inconsciente, permitiendo la expresión de emociones profundas y deseos internos. Los rituales proporcionan estructura y significado a nuestras vidas, ayudándonos a lidiar con la incertidumbre y el cambio. Los símbolos y rituales también abordan preguntas fundamentales sobre el significado de la vida y la condición humana. Rosh Hashaná, con su enfoque en la introspección y la renovación, nos insta a cuestionar quiénes somos, cómo vivimos y qué buscamos en la vida.

Rosh Hashaná no es solo una celebración pasiva; es un llamado a la acción. Cada elemento simbólico nos exige hacer algo concreto para manifestar nuestros deseos y pensamientos. Al escuchar el Shofar, no solo oímos, sino que experimentamos su llamado profundo en nuestro ser. Al comer la manzana con miel, saboreamos la dulzura del deseo de un año bueno y dulce.

Que este nuevo año sea un período de unión, de construcción de puentes entre personas y comunidades, y de paz duradera. Que juntos podamos caminar hacia adelante, inspirados por los elementos simbólicos y fortalecidos por la comunión de espíritus afines, para crear un mundo más amoroso y significativo. Shana Tová umetuca: ¡Que tengan un año bueno y dulce, lleno de bendiciones y unión!

Rabino Max Godet

Gran Rabino de la Comunidad Israelita del Uruguay